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viernes, 4 de febrero de 2011

FUMAR PUEDE CAUSAR EMBARAZO ECTÓPICO

Se han hecho muchos estudios sobre el tabaquismo y uno de los resultados lo señala como factor de riesgo en la gestante que fuma. El riesgo de sufrir un embarazo ectópico se incrementa paulatinamente con el número de cigarros fumados al día. Los investigadores han relacionado el riesgo de sufriri un embarazo ectópico con el tabaquismo e incluyen: retraso en la ovulación, alteración de la motilidad uterina y las trompas, o alterada inmunidad. Pero, hasta el momento, ningún estudio ha descrito como es que el tabaquismo lo produce.

Un embarazo ectópico es una complicación donde el óvulo fertilizado (blastocito), se desarrolla en los distintos tejidos de la pared uterina, siendo el más frecuente, en la trompa de Falopio. También, en el ovario, en el canal cervical o en la cavidad pélvica o abdominal.

Cuando el embarazo ocurre en el endometrio del útero se le conoce como embarazo eutópico. El embarazo ectópico se produce por un trastorno en la fisiología de la reproducción humana que lleva a la muerte fetal y es la principal causa de morbilidad infantil y materna en el primer trimestre del embarazo.

El feto produce las enzimas que le permiten implantarse en diversos tipos de tejidos y, por tanto, un embrión implantado en otras partes del útero puede causar gran daño a los tejidos en sus esfuerzos por alcanzar un suministro suficiente de sangre. Un embarazo ectópico es una emergencia médica y, si no se trata adecuadamente, puede poner en peligro la vida de la mujer.

Aproximadamente la mitad de los embarazos ectópicos se resuelven sin tratamiento. Estos son los llamados abortos tubáricos. El advenimiento del metotrexato para el tratamiento de un embarazo ectópico ha reducido la necesidad de cirugía, sin embargo, una intervención quirúrgica sigue siendo necesaria en los casos en que la trompa de Falopio se ha roto o está en peligro de hacerlo. Esta intervención puede ser laparoscópica o mediante una incisión más grande, conocido como una laparotomía.

Historia
El embarazo ectópico fue descrito por primera vez en el siglo XI, y, hasta mediados del siglo XVIII, era una patología generalmente fatal. John Bard informó la primera intervención quirúrgica exitosa para el tratamiento de un embarazo ectópico en la ciudad de Nueva York en el año 1759. La tasa de supervivencia a principios del siglo XIX era muy baja. Un informe demostró que sólo 5 pacientes, de 30 sobrevivieron a la operación abdominal. Curiosamente, la tasa de supervivencia en los pacientes que se dejaron sin tratamiento fue de 1 de cada 3 casos.

Hay una serie de factores que predisponen a los embarazos ectópicos. Uno de esos factores lo constituye el tabaquismo. Algunos autores afirman que las duchas vaginales aumentan los embarazos ectópicos, una hipótesis que es aún especulativa.

Algunos embarazos ectópicos pueden deberse a defectos congénitos en las trompas de Falopio:

Complicaciones de una apendicitis
Endometriosis
Complicaciones de una salpingitis

El mantenimiento de las relaciones sexuales con diferentes hombres incrementa ligeramente el riesgo de embarazo ectópico, con una odds ratio de 2,1. También el inicio de las relaciones sexuales antes de los 18 años eleva discretamente el riesgo, probablemente condicionados en parte por la enfermedad pélvica inflamatoria.

Cuadro clínico
La clásica tríada clínica de embarazo ectópico es el dolor, amenorrea y sangrado vaginal. Los síntomas se pueden presentar desde las primeras semanas de embarazo. Normalmente el dolor suele ser abdominal, lo cual puede parecer un común dolor de estómago o cólicos. La diferencia es que el dolor es muy fuerte y se localiza en la parte baja del abdomen. También es posible sentir dolor al orinar o al hacer un movimiento brusco. Lamentablemente, sólo el 50% de los pacientes presentan con signos clásicos. Las pacientes pueden presentar otros síntomas comunes a los embarazos precoces, incluyendo náuseas, plenitud, fatiga, dolor abdominal bajo, cólicos fuertes, dolor en el hombro, y reciente dispareunia.

Una forma de confirmar el embarazo es con una prueba de ultrasonido, normalmente se puede ver el embrión desde la primera semana. Si no se encuentra un embrión en el útero, pero se padecen los síntomas mencionados, es probable que sea un embarazo ectópico. El dolor abdominal es el síntoma más común, el cual se presenta generalmente en las fosas ilíacas e hipogastrio, pero puede afectar cualquier parte del abdomen y asociarse con dolor en el hombro por irritación diafragmática. Le sigue la amenorrea con algún grado de sangrado vaginal.

Con el fin de reducir la morbilidad y la mortalidad asociada con el embarazo ectópico, hay que tratarlo antes de que el embarazo curse las 8 semanas, ya que es en este tiempo cuando ocurre la ruptura del tubo uterino (trompa de Falopio) y produce sangrado, que es interno, y puede llevar a la paciente a un shock hipovolémico. Por lo tanto, ante la posible sospecha se vigila a partir de la quinta semana, haciendo sonografía abdominal. Se puede hacer también una sonografía vaginal a la tercera o cuarta semana de gestación. Ni los factores de riesgo ni el cuadro clínico de un embarazo ectópico son lo suficientemente sensibles o específicos para establecer un diagnóstico definitivo. Por lo tanto, cualquier paciente en edad reproductiva debe ser estudiada si presenta con dolor abdominal, cólicos, o sangrado vaginal durante su embarazo.

El ultrasonido es probablemente la herramienta más importante en el diagnóstico de un embarazo extrauterino especialmente si se combina con otros métodos. Con mayor frecuencia, se utiliza para confirmar un embarazo intrauterino.

Tratamiento
Históricamente, el tratamiento de un embarazo ectópico se limitaba a la cirugía. Con la evolución y la experiencia con el metotrexato, el tratamiento de algunos embarazos ectópicos ha cambiado de curso. El tratamiento médico de un embarazo ectópico es preferido sobre las opciones quirúrgicas por una serie de razones, incluida la eliminación de la morbilidad de la cirugía y la anestesia general, potencialmente menos daño tubario, y menos costo y necesidad de hospitalización.

La laparoscopia se ha convertido en el enfoque recomendado en la mayoría de los casos. La laparotomía se suele reservar para las pacientes que se encuentren hemodinámicamente inestables o pacientes con embarazos ectópicos cornuales. También es un método preferido para cirujanos sin experiencia en laparoscopia y en pacientes donde es difícil el abordaje laparoscópico, por ejemplo, secundaria a la presencia de múltiples y densas adherencias fibrosas, la obesidad o hemoperitoneo masivo.

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