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viernes, 11 de febrero de 2011

Como ayudar a superar las fobias

Una fobia es un miedo extremo, severo y persistente hacia una situación u objeto que propicia la aparición de la ansiedad. En otras palabras, cuando los estímulos que la producen sean difíciles de evitar, como por ejemplo, un sismo, producirá en en el niño, adolescente, joven o adulto una aprensión que le será difícil de controlar y puede que, debido al grado de incapacidad que le produzca, deberá ser llevado a tratamiento con un profesional quien determinará si la fobia será pasajera o si va a necesitar tratamiento.

Contéstese las siguientes preguntas con honestidad:

1. ¿Los miedos y el comportamiento que su hijo(a) demuestra son típicos de un niño(a) de su edad?
Si la respuesta a esta pregunta es sí, es muy probable que los miedos de su hijo se resuelvan antes de que se conviertan en una causa para preocuparse. Esto no significa que la ansiedad debe ser ignorada u olvidada; en su lugar, debe ser considerada como un factor en el desarrollo normal de su hijo(a).
Muchos niños(as) experimentan miedos apropiados para su edad, como el miedo a la oscuridad. La mayoría de los niños(as), con el apoyo humano y quizás una lámpara nocturna, superaran este miedo. Sin embargo, si el problema persiste o si existe ansiedad frente a otros temas, la intervención puede que tenga que ser más intensiva.

2. ¿Cuáles son los síntomas del miedo y cómo afectan al funcionamiento personal, social y académico de su hijo?
Si los síntomas pueden ser identificados y considerados en base a las actividades diarias de su hijo(a), pueden hacerse ajustes para aliviar algunos de estos factores de tensión.

3. ¿Parece el miedo poco razonable en relación a la realidad de las situaciones, y pudiera ser un signo de un problema más importante?
Si el miedo de su hijo(a) parece estar fuera de proporción con lo que ocasiona su preocupación, esto puede ser una señal de que es necesaria la ayuda de un consejero, un psiquiatra o un psicólogo. Es una buena idea que los padres busquen patrones de comportamiento. Si un incidente aislado se resuelve, los padres no deberían hacerlo más significativo de lo que fue. Sin embargo, si existe un patrón persistente o si surge uno que trascienda, usted debe intervenir. Si no lo hace, es posible que la fobia influya sobre su hijo más adelante.

¿Qué pueden hacer los padres para ayudarlos a superar esta dificultad?
Los padres pueden ayudar a sus hijos(as) a desarrollar los elementos y la confianza en sí mismos para superar los miedos evitando que se conviertan en reacciones fóbicas.

Siga los siguientes consejos:

-Reconozca que el miedo es real. Tan trivial como parezca, para su hijo(a) es real y le está causando ansiedad y miedo. Sea capaz de hablar sobre el miedo, esto les ayudará a restarle poder a los pensamientos negativos que los niños hayan desarrollado. Al hablar acerca de ello, el miedo pierde fuerza.

-Nunca opine que el miedo que su hijo siente es insignificante. No lo fuercer a que lo supere diciéndole: "¡No seas ridículo! ¡No hay monstruos en tu closet!". Usted puede lograr que su hijo vuelva a la cama, pero no hará que su miedo desaparezca.

-Si a su hijo no le gustan los perros, no se aleje de ellos al caminar por la calle porque esto sólo reforzará su pensamiento de que los perros deben evitarse. Brinde apoyo y demuéstrele protección a medida que se acerque con su hijo(a) al objeto o situación que le genere temor.

-Enséñele a evaluar el miedo. Que visualice la intensidad de su miedo en una escala del uno al 10. El 10 es el más fuerte. Puede que ellos "vean" el miedo con menor intensidad de lo que originalmente imaginaron. Otra forma es preguntarles si sienten miedo "hasta las rodillas" como algo que en realidad no da mucho miedo, "hasta el estómago" como algo que si da miedo, y "hasta la cabeza" como algo que da verdadero terror al punto de quedar petrificado.

-Muéstreles algunas estrategias para enfrentarlo. Que el niño lo utilice a usted como la "base de comando” que lo proteje. Haga que su hijo(a) se acerque al objeto o situación que le provoca temor para luego volver donde usted quien lo(a) protejerá. Repita esta operación varias veces sin obligarlo(a). Otra forma consiste en aprender frases positivas, como por ejemplo: "Soy capaz de hacer esto"... "Voy a estar bien," para que las repita cada vez que sienta ansiedad. Las técnicas de relajación también ayudan, incluyendo la visualización (flotar sobre una nube o descansar en la playa, por ejemplo) y respirar profundamente (imaginando que los pulmones son globos y dejar que se desinflen lentamente).

Ayude a sus hijos e hijas a superar sus miedos y ansiedades utilizando estas breves sugerencias para que ellos aprendan a enfrentar las diversas situaciones que la vida les traerá.

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