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miércoles, 30 de marzo de 2011

¿Necesitas terapia?

Por lo general, le prestamos más atención a nuestro cuerpo físico que a nuestro “cuerpo” emocional y a nuestro “cuerpo” mental.

Así como alimentamos nuestro cuerpo físico, practicamos algún deporte o realizamos algún ejercicio, lo vestimos, le aplicamos cosméticos, tratamientos, etc., debemos comprender la necesidad de “alimentar” favorablemente nuestra mente y nuestras emociones.

Pregúntate:

- ¿Con qué alimentas tus ideas?
- ¿Cómo ejercitas tus pensamientos?
- ¿Qué tratamiento le das a tus emociones?

Si analizas con detenimiento, hallaras que...

- Toda dolencia física tiene su basamento en algún malestar o reacción emocional. Por ejemplo, la ira, la cólera, la envidia, los celos, si se exterioriza, puede traer consecuencias para la persona que la recibe. Si ésta se retrae, se guarda como odio, resentimiento, etc., se interioriza, convirtiéndose en una dolencia emocional y trayendo consecuencias para quien la genera.

- Toda dolencia emocional provoca un malestar en el cuerpo como reacción física. Estas dolencias se convierten en veneno que va afectando el cuerpo físico de alguna forma, dolencias, malestares, migrañas, tumores, Alzheimer, cáncer o Párkinson.

Pero, debido a que aún conservamos una serie de prejuicios e ideas anquilosadas en nuestra mente reaccionamos diciendo: ¿acaso estoy loco (a)?... ¿porqué he de ir al psicólogo?...

Se tiene aún la creencia que la asistencia de un profesional terapeuta es sólo para quienes han perdido la cordura. Tal parece que, la imagen de una persona en camisa de fuerza se encuentra aún vigente.

Esta falta de conocimiento y de reconocimiento de nuestra necesidad de afianzamiento psicológico, es similar al miedo de ir con el dentista o con el ginecólogo.

Por lo general, esperamos que el dolor sea tan intenso para buscar recién, asistencia odontológica y, a veces, la intervención de este profesional es sólo para extraer la pieza dental que ya está excesivamente dañada.

Si tan sólo pensáramos en la necesidad de establecer una rutina de visita, por precaución, nos diéramos cuenta a tiempo de que alguna caries se encuentra escondida y que ha empezado a horadar el esmalte. Entonces, la necesidad de extracción (y de sufrir el dolor) quedaría muy lejana al haber sido detectada con tiempo.

Si tan sólo pensáramos que aquella duda, idea o inquietud que tenemos, va horadando lenta y silenciosamente nuestro centro mental y luego nuestro centro emocional, la frustración, la ira, el miedo, la pesadumbre, la fatiga, la angustia, la depresión e ideas suicidas, no se alojarían en nuestro interior carcomiéndonos el alma como un gusano o un cáncer.


Ahora, ¿cómo saber si necesitas terapia?

Obviamente, hay circunstancias en donde las personas, luego de dialogar con quienes tienen depositada su confianza logran ver una luz en el camino, no necesitan mayor trabajo orientativo, siempre y cuando, la conversación haya sido sostenida con objetividad, pero hay otras que sí necesitan la observación de un profesional para determinar las causas escondidas de su aflicción o congoja.

En tales circunstancias es necesario recurrir al psicoanálisis.

Por otro lado, recordemos que los amigos o hermanos tenderán a manifestar su opinión basados en su parecer y/o experiencia propia. Podrá ser más barato hablar con ellos, pero a la larga, podríamos estar girando en torno de lo mismo por años y sin percatarnos de ello.


¿Cuáles son las ventajas de asistir a consulta?

Para empezar, la idea de la camisa de fuerza debe ser desechada de nuestras mentes. Las técnicas utilizadas en el siglo pasado, forman parte del pasado. La lobotomía ha quedado fuera de uso así como otras técnicas que causaban mayor daño físico y emocional.

Las técnicas han variado y han mejorado. Puedes formar parte de un grupo que comparten las mismas inquietudes. Si se trata de tu pareja, puedes asistir con ella. Puedes reunirte con tu terapeuta en su consultorio o en el mezzanine de una cafetería y realizar una terapéutica del habla acompañados del aroma de un delicioso café.

En suma, el diván sigue vigente pero sí y sólo sí, el cliente o consultante lo requiere (nótese el desuso de la palabra paciente).

Obviamente, hay situaciones que requieren la privacidad de una oficina para efectuar el psicoanálisis, una descarga emocional, una terapia de regresión o una terapia de relajación.

En cuanto a su duración, éstas pueden durar un par de sesiones como un par de meses. En todas hallarás orientación y tareas específicas que deberás llevar a cabo religiosamente para restablecer tu equilibrio mente-cuerpo y tu bienestar emocional.

Puedes asistir donde un consejero, un coaching, un psicólogo, un terapeuta o un psiquiatra. Para cada necesidad, hay un tipo de profesional que te atenderá.

En la terapéutica de habla, por ejemplo, podrás exponer con lujo de detalles y, de acuerdo al grado de confianza que vayas adquiriendo, tus ideas, tus miedos, tus conflictos, tus celos, tus dudas, etc., en voz alta y sin mayor compromiso que el que tienes contigo mismo.

Podrás hablar abierta y libremente, sin ser interrumpido, criticado o juzgado de manera alguna, acerca de tus necesidades e inquietudes.

De esta manera dejarás de postergar la búsqueda de la solución de aquello que te ha estado molestando de una buena vez.


Signos y señales a tener en cuenta

Observa con honestidad si el comportamiento de tu pareja o de los miembros de tu familia es conflictivo y si las decisiones que han tomado no han ayudado a resolverlo.

Observa con honestidad si tu forma de conducirte te está trayendo dificultades y si los cambios que has decidido realizar para salir adelante los estás llevando a cabo ya.

Observa con honestidad si sigues cayendo en los errores de siempre: parejas o amistades que no te aprecian, conflictivas, abusadoras, alcoholicas, groseras, traidoras, etc., de las que pareces depender afectivamente.

Observa con honestidad si sigues trabajando en empresas que no aprecian tu labor, mal pagados, supeditado (a) a las injustas demandas de quienes abusan de sus cargos jerárquicos.

Observa con honestidad si sigues dando vueltas deseando solucionar tus problemas pero sientes que te faltan fuerzas o simplemente no tomas la decisión de hacerlo, y el tiempo sigue pasando, pasando...

Observa con honestidad si la situación o los cambios que se producen en los diversos escenarios de la vida, te causan tal ansiedad o incertidumbre, que corres deseperadamente o te paralizas sin saber que acción tomar.

Observa con honestidad y reconoce si es que ya no te sientes bien contigo mismo (a), si duermes demasiado, si estás irritable, si ya no sientes satisfacción alguna con lo que haces y si, las ganas de salir a la calle con alguien o divertirte se esfumaron, ... entonces, ... necesitas ir a terapia.


¡Sesiones de bienestar!

¿Qué es una sesión de bienestar?

Una Sesión de Bienestar es un espacio de tiempo en el que la persona, aquejada de alguna dificultad, sea ansiedad, depresión, inquietudes, dolor físico o dolor emocional, recibe un tratamiento basado en una serie de alternativas terapéuticas de comprobada eficacia que, sin causar dependencia y/o los efectos secundarios de los fàrmacos, lo ayudarán a alcanzar el equilibrio psico mental y corporal que necesita.

¿Cuáles son estas alternativas en orden alfabético?

AROMATERAPIA-AUTOSUGESTIÓN-GEOTERAPIA-HIDROTERAPIA-MUSICATERAPIA-RELAJACIÓN-TERAPIA COGNITIVA CONDUCTUAL-TERAPIA VINCULAR-TROFOLOGÍA

¿Cuál es el horario de atención?

Lunes a viernes de 9 a 12 m.
Lunes a viernes de 4 a 9 p.m.
Sábados de 9 a 12 m.

¿Cómo solicito una cita?

Llamando al: 993-471492 o escribiendo a: comunicacion1257@yahoo.com

¿Cuál es la dirección del consultorio?

Av. Arequipa 4964 – Oficina 403, Miraflores

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