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domingo, 2 de enero de 2011

Como manejar las discusiones conyugales

De acuerdo con el teólogo Carlos G. Valles, existen algunas reglas a tener en cuenta para un diálogo constructivo en la relación de pareja y es que, una vida llena de armonía y felicidad es algo que toda persona normal que comparte con otra intereses mutuos anhela, pero la realidad es que siempre existirán situaciones donde surgirán desavenencias. Por ello, ambas partes deberán aprender a discutir para que la fraternidad y la paz sea el común denominador que los una. Aprender a discutir de manera alturada, no altanera, les permitirá resolver sus diferencias.

Debemos tener en cuenta que una relación ideal, donde la integración conyugal es total, es llevar al exceso nuestro entusiasmo y el idealismo. En toda relación de pareja, los miembros experimentarán ciertos problemas que deberán ser afrontados con un alto grado de tino y madurez para resolver dichos desacuerdos cada vez que surjan. A continuación indicaremos una serie de actitudes y comportamientos a observar:

1) EVITAR LA PRESENCIA DE TERCEROS. La pareja debe resolver sus diferencias sin testigos ya que, de haberlos, el ego se manifiesta, el orgullo se inflama, y lo que se manifiesta persigue sólo demostrar que se tiene la razón o que se es más fuerte, más poderoso, más dominante. Cuando se está a solas con la pareja, es mucho más fácil hablar con sinceridad, reconocer los errores y disculparse. Cuando se está a solas con la pareja resulta mas sencillo hablar con el corazón y no con el hígado.

Algo que debemos recordar siempre: !Los principales factores de desintegración conyugal son tres: el alcohol, la infidelidad y la intervención de familiares o terceros!...

2) NUNCA SE AMENACEN. Cuando la pareja intercambia amenazas verbales, se alejan de la negociación.... “si sigues bebiendo me voy de la casa”.... “te advierto que si sigues llegando tarde yo empezaré a hacer lo mismo”... “como llegue y no te encuentre vas a ver lo que te va a pasar”... etc. En este nivel, la agresión verbal es latente y la pareja se halla a un pequeño paso de la agresión física por lo que se recomienda buscar asesoría profesional. Si reconocen el valor del diálogo y evitan las amenazas, la búsqueda de la solución puede continuar.

3) EVITE PERDER EL CONTROL. De uno de ellos perdió el control sería preferible que el otro se aleje del escenario muy respetuosamente manifestando que comprende su reacción. Insultar, golpear, empujar, maldecir, romper cosas o arrojar objetos, irse de la casa, emborracharse o cometer adulterio, son cosas que hieren, hacen daño y lo único que se consigue es que la pareja actúe de la misma forma o ponga fin a la relación en forma drástica. Si por algún motivo se reconciliacen, siempre quedará el temor de que dicha escena se vuelva a repetir.

Algo que debemos recordar siempre es lo que respondió Albert Einstein cuando le preguntaron si existía algún arma eficaz para combatir la mortífera bomba atómica, el contestó que sí había una poderosa e infalible: la paz.

4) ENFÓQUENSE EN UNA COSA A LA VEZ. Esto significa que se deberá tratar el asunto en ciernes. Hablen sólo de aquello que causó la desavenencia reconociendo la emoción negativa que se experimentó. Por lo general, las personas empiezan hablando de un tema para luego pasar a un asunto del pasado, después viene otro totalmente diferente y así van desfilando una cantidad de temas que se esgrimen en la discusión con el único propósito de lesionar a la otra. El asunto se complica y gradualmente se va deformando hasta que la pareja, furiosa, percibe que el asunto no tiene solución.

5) NO DEJAR ASUNTOS SIN RESOLVER. No debemos obligar a nuestros seres queridos a cambiar sus actitudes, sólo debemos limitarnos a hablar con claridad, maniferstarles aquello que nos molesta y a su vez asegurarles que estamos dispuestos a tolerar sus yerros debido al amor que les tenemos. Antes de elevar una crítica debemos colocar en una balanza las cosas buenas de un lado y las no tan buenas en la otra. Huelga decir que si las buenas tienen mayor peso, las otras salen sobrando. Así que, de ahora en adelante deberemos hacer las siguientes promesas (lea en voz alta):

- NO RESPONDERÉ CON TOSQUEDAD LAS AGRESIONES.
- EL QUE GANA UNA PELEA ES AQUEL QUE SE RESISTE A PELEAR.
- SI ME INSULTAN NO PERMITIRÉ QUE ESTA PENETRE EN MI CORAZÓN.
- SI ME INVADE LA IRA ME REFUGIARÉ EN LA SOLEDAD PARA REFLEXIONAR Y BUSCARÉ LA PAZ EN BIEN DE MIS SERES QUERIDOS.

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