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viernes, 21 de octubre de 2011

PSICOMEDICINA

Al igual que un iceberg, la Medicina Alopática se ocupa sólo de la parte visible o de los síntomas que sufre la persona, mientras que la Medicina Holística busca descubrir los acontecimientos que dieron origen a dichos síntomas.

Desgraciadamente, la medicina clásica o alopática aún no acepta que el 80% de las enfermedades tienen su origen en la esfera emocional.
Debemos dar un merecido reconocimiento a la Medicina Convencional que se encarga, gracias a sus avances, de intervenir en problemas que revisten emergencia, un trauma, una shock anafiláctico, una crisis aguda, enfermedades crónicas, etc. Es bueno reconocer que todas las medicinas se complementan entre sí. Un mismo mal se puede tratar desde el punto de vista físico pero también desde el metafísico, (más allá de la física está la metafísica, más allá del consciente está el inconsciente). Restarle crédito a uno u otro tipo de medicina sería como desechar la importancia que tienen nuestros hemisferios cerebrales.

Ambas deben combinarse, una para dar tratamiento, otra para interpretar el significado de una enfermedad hepática relacionándola con la ira reprimida o no manifestada del paciente; un osteópata puede interpretar una lesión osteopática en la décima vértebra dorsal como una negativa a responsabilizarse, necesidad de ser víctima, etc.

Todo tratamiento debe ejercerse sobre la esfera emocional, para ayudar al sujeto a liberarse de la emoción que lo ha hecho enfermar y dar origen al desorden psicosomático.

Ir más allá de la medicina tradicional significa transcender el plano físico para buscar sus causas psicológicas o espirituales de la enfermedad.

La PSICOMEDICINA ayuda al ser humano a hacerse consciente de los problemas inconscientes que le hacen enfermar a través de una herramienta terapéutica que le sirve de descarga: el diálogo. El diálogo nos ayuda a sincerarnos con nosotros mismos para reconocer un problema sumergido en el inconsciente y al que no hemos dado una solución verdadera. Gracias a la terapéutica del habla, la persona puede encarar sus pensamientos, sus actitudes y su propia vida de un modo más sano, ya que por fin se ha hecho consciente de su realidad.

A veces, el miedo a ver o a reconocer el problema es lo que los lleva a enfermar, mientras que el verdadero amor por sí mismos los lleva a una aceptación total de sí, de sus virtudes y defectos. Aquí no caben los autoengaños. De este autoconocimiento proviene la verdadera salud.

La interpretación de cualquier enfermedad o síntoma requiere una visión holística, una visión de conjunto del problema. Para ello se debe tener en cuenta:
1. El conjunto de síntomas y signos clínicos (síndrome) que sufre el individuo. (Por ejemplo, un esguince).
2. La zona del cuerpo donde tiene mayor protagonismo el síndrome, (el esguince se produjo en el tobillo).
3. El lado izquierdo o derecho del cuerpo donde se produjo, (el esguince se produjo en el tobillo izquierdo).
4. Los sistemas corporales involucrados. (El esguince involucra el sistema locomotor).
5. Los órganos implicados. (Este es un problema articular, de los ligamentos).

En ningún momento, el paciente debe culparse por la enfermedad que él mismo ha creado. Es fundamental que él entienda que todos desarrollan su desequilibrio de esa manera.

Así también, debemos darle a entender que todos podemos aprender de lo que nos acontece.

Es muy importante escuchar al paciente y ver si está de acuerdo con la interpretación que realizamos:
- La mitad corporal izquierda expresa los conflictos emocionales.
- La mitad corporal derecha expresa los conflictos racionales.
- El esguince podría haberse producido por la IRA y la RESISTENCIA hacia algo que no queremos hacer o avanzar en cierta dirección.
- El esguince en el TOBILLO se refiere a posiciones o creencias reconocidas con respecto al mundo. La realidad exterior relacionada con el suelo incluye también a los demás y a nosotros mismos. Simboliza la capacidad de decisión, de compromiso. Habla de la flexibilidad de nuestros criterios de vida. Los problemas en los tobillos expresan por tanto, una cierta INFLEXIBILIDAD.
- Habiéndose producido en el TOBILLO IZQUIERDO que es el lado emocional del cuerpo se puede esbozar una relación con el aspecto femenino de las cosas, de la figura materna por ejemplo.
- Como está involucrado el SISTEMA LOCOMOTOR, este nos está expresando conflictos en cuanto la auto-afirmación, la confianza en uno mismo y la fluidez o ausencia de reacción ante los cambios.
- Como este es un problema de ARTICULACIÓN que involucra los ligamentos, nos encontramos ante la incertidumbre de seguir o de cambiar de dirección.

En síntesis, un esquince en el tobillo izquierdo podría significar la presencia de una dificultad ante el hecho de movernos o de cambiar de dirección en algún aspecto de nuestra vida emocional. Esta situación cuestiona su posición actual que hasta el momento parecía satisfactoria. La afección obliga al paciente a moverse con más prudencia o detenerse hasta tomar la decisión correcta. Por otro lado, podríamos interpretar esta condición como un lupus, una cistitis o una neumonía.
Hay que tener en cuenta algo muy importante: si bien sabemos que las enfermedades tienen su origen en el plano emocional, aquello que significa la causa para una persona, no necesariamente debe ser la misma en otra.

Para sanar es necesario el conocimiento. Ya lo mencionó Sócrates: “no hay mayor mal en el hombre que la ignorancia”. Conocer el origen de la enfermedad implica peregrinar por los recuerdos hasta hallar la génesis del problema. Al conocerse esta, se aplicará la terapia correctiva que pondrá fin a la enfermedad.

Es un camino arduo porque demanda una honestidad contundente, aceptar las emociones, verlas desde la objetividad. Esto es la parte más ardua y difícil del método. La PSICOMEDICINA debe enfocarse no en suprimir los síntomas, como si el dolor fuera el responsable del malestar, sino en hallar la causa de la enfermedad en cuestión.

El dolor es una señal que nos anuncian la existencia de un desequilibrio en alguna parte del organismo. Desaparecer esa señal sin buscar que la causó es como callar la alarma contra incendios que se ha activado al producirse uno. Lo importante de esto es curar el alma, y que la persona pueda comprender las lecciones que debe asimilar para su evolución.